Boston - Don´t look Back (1978) - cont.2

Aunque Scholz consideró este segundo álbum "incompleto" como resultado de ser forzado a terminarlo por la compañía discográfica de la banda, aún así este vendió siete millones de unidades. 
"Don´t Look Back fué precipitado", reveló Scholz más tarde, "a pesar de que salió un año después de lo que la compañía discográfica quería". Lo dejé salir muy pronto y eso significaba que no estaba satisfecho con algunas cosas de el. La próxima vez no voy a escuchar a nadie ". Terminó diciendo Scholz.





La gira Don´t Look Back duró casi dos años, comenzando en los Estados Unidos y teniendo en cuenta, por primera vez, Japón y Europa. En un movimiento audaz, Boston incluso tenía un órgano de tubos especialmente construido de 40 pies de largo construido (llamado 'Bernie' por la banda y el equipo) a un costo reputado de $ 100,000.


La etapa final de la gira aterrizó en el Reino Unido a fines de octubre de 1979. Entre otros sitios la banda tocó en el extinto Rainbow Theatre en Finsbury Park, al norte de Londres (con la apertura de Trickster). Al parecer en esa noche el PA amplificador de poder) parecía inadecuado e incapaz de hacer frente al denso aluvión de guitarras. Incluso el gran órgano de tubos que se encontraba en la parte posterior del plató fue en su mayor parte inaudible. 
Esa gira fue la primera y última vez que Boston jugaría en el Reino Unido. De hecho, fueron los últimos shows en los que la banda original tocaría.

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Las canciones



"Don´t Look Back", "A Man I'll Never Be" y "Feelin 'Satisfied" fueron lanzados como singles, alcanzando el No. 4, 31 y 46 respectivamente en el Billboard Hot 100.
"The Journey" es una breve pista instrumental que sirve de transición entre la canción que da título al album y la tercera canción, "It's Easy". En 1987, Scholz la citó como su canción favorita en cualquiera de los tres primeros álbumes de Boston, pero deseó que fuera más larga. Él lo describió como "Estoy flotando a través del espacio, navegando en un avión sobre las nubes". El escritor de la revista Billboard Paul Grein citó a "The Journey" como un ejemplo de "música como de ciencia ficción" en Don´t Look Back que es consistente con la  nave espacial-guitarra que viene de arte de la portada del álbum (y del sencillo). Grein se refirió hacia ella diciendo que tenía un tono "casi religioso", anticipando que algunos oyentes lo encontrarían "pretencioso", pero afirmando que el lo encontró como un interludio efectivo entre las canciones más difíciles "Don´t Look Back" e "It's Easy". Emerson dijo que: "el órgano suena como a iglesia" y que las guitarras suenan "fantasmales", haciendo que la pista suene "inquietante y alienada". El comparó a "The Journey" con el trabajo de David Bowie a fines de la década de los 1970s. Según Scholz, la canción había estado rondándole por años antes de encontrar "el tema adecuado para unir la música". Le tomó solo tres días grabarla. La canción era la única en el álbum sin batería, y fue la única canción en la que el baterista Sib Hashian no apareció. Barry Goudreau, que tocaba la guitarra rítmica, era el único músico en la pista además de Scholz. "The Journey" fue lanzado como el lado B del sencillo "Don´t Look Back".


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